lunes, 13 de octubre de 2014

El Primer Paquete III : El primer Día de Los Trabajadores

El Primer Paquete III



El primer Día de Los Trabajadores


Todo había empezado cuando salimos mi compañera Lir y yo de prisión.
Ella estaba en un establecimiento especial para mujeres que no habían sido procesadas, o sea que en general, habiendo sido sometidas a juez competente, éste no había encontrado motivo para procesarlas, en otras palabras: desde el punto de vista legal eran inocentes.
Pero una ley llamada de Medidas Prontas de Seguridad permitía de todos modos al Poder Ejecutivo, representado por los militares a cuyo cargo estaba la represión, de retenerlas privadas de libertad. En ese lugar se encontraban también veteranas tupamaras que habían cumplido su período de prisión, según el juez, pero allí estaban a criterio de los militares. Podían estar también aquellas que simplemente fueran consideradas sospechosas de actividades ilícitas.
Las personalidades, grados de experiencia de lucha y grados de compromiso con los principios revolucionarios eran harto heterógeneos.
Algunas tenían a sus hijos consigo, niños presos, algunos de ellos nacidos en prisión, y otras eran muy jóvenes. Tenían sus reuniones y sus actividades colectivas tales como manualidades, etc.
Aproximadamente luego de un año de que Lir estaba presa, los militares, que ya tenían el poder del gobierno, para congraciarse con el pueblo, decidieron impulsar medidas de liberalización, entre otras dejar en libertad a las personas no procesadas y a aquellas que los jueces consideraran que habían cumplido su período razonable de prisión. La consigna de las compañeras fue entonces, la de hacer solicitar la libertad de todas sus parejas que estuvieran aún en prisión y tuvieran posibilidad de conseguir el aval del juez.
Entre esas estaba yo. Tenía una sentencia mínima que era excarcelable a los dos o tres meses. Todos pensaban que esta sentencia no era razonable, puesto que yo había reclutado a varios de los compañeros que estaban aún, o que habían estado en la cárcel conmigo y debía, entonces tener mayor antigüedad en la militancia clandestina. Por eso mi abogada no había pedido mi libertad ante el juez aún, pues pensaba que los militares me iban a encarcelar aplicando la ley discrecional vigente y que, entonces, iba a quedar en sus manos, pronto para ser torturado no bien creyeran que tenía alguna información que les interesara, o bien por puro placer sádico, cosa que sucedía en algunos casos.
Cuando salió Lir, yo me sentí enormemente aliviado porque ella inmediatamente se  hizo cargo de Ismael, que había recorrido varios hogares hasta finalmente quedar a cargo de una pareja de buenos amigos que lo trataban como a un hijo más, el más pequeño que tenían.
La etapa de prisión mía es un tema aparte que tendría que describir en un relato más extenso. De todos modos puedo contar que estábamos juntos doce compañeros procesados al mismo tiempo en la cárcel para presos comunes de Mercedes, en un pabellón especial para nosotros compuesto de tres celdas, baño común, un patio de unos 15 m por 5 de ancho y una pequeña cocina techada pero sin abertura. Nos custodiaba permanentemente un guardia militar que estaba frente a un portón enrejado de salida del patio. Nos abrían las celdas a eso de las 8 de la mañana y las cerraban con llave a eso de las 8 de la noche. De noche permanecíamos encerrados cada cual en la celda que le correspondía. No nos torturaban ni nos acosaban, así que pasábamos confinados, pero relativamente tranquilos. Mis grandes preocupaciones fueron siempre por un lado el cuidado de Ismael, que recorrió varios hogares sin tener uno permanente y por otro lado el estado de salud de mi compañera.
Cuando Lir salió de su prisión y pudo ir a Mercedes inmediatamente presionó a mi abogada, que había sido compañera mía de trabajo en el liceo local, para que pidiera mi liberación al juez. Era el momento justo para hacerlo. Si se hubiera hecho antes lo más posible es que los militares me habrían llevado al cuartel, si después, habría encontrado condiciones mucho más duras y es posible que fuera reprocesado por la así llamada "justicia militar", que no era otra cosa que un castrense enemigo determinando cuánto tiempo más tenías que pasar en prisión.
 Lir me iba a visitar y entonces nos concedía una visita en horario especial, fuera de los horarios normales, porque ella venía de Carmelo y no tenía ningún bus que llegara a tiempo. Me llevaba a Ismael, que tenía entonces unos 18 meses. En esas condiciones, nos asignaban la oficina del alcaide de la cárcel para encontrarnos y conversar. Durante una de las visitas éste nos había ofrecido galantemente su sillón de escritorio para que pudiéramos sentar al pequeño. Lir lo había puesto sin pañales, para descansar un poco la piel de su cola. Se nota que Ismael quiso entonces contribuir a la lucha de la liberación nacional, porque descargó su intestino en una cagada soberbia sobre el sillón.
Después de un par de meses luego de que mi compañera fuera liberada, un buen día escuché el famoso "con todo", esta vez precedido de mi apellido. En jerga carcelaria, ésto quería decir que saliera llevando todas mis cosas, en otras palabras que me iba de la cárcel.
Mi reacción fue muy mezclada. Por un lado la esperanza de poder reunirme nuevamente con mi mujer y mi hijo, por otro lado el temor, casi la seguridad, de que me iban a estar esperando los militares para llevarme de vuelta al cuartel, como solían hacer cuando algún compañero era puesto en libertad por el juez. Me dieron mis modestas cosas: mi reloj, mi billetera, tal vez mi chaqueta de cuero y caminé por el pasillo empedrado de la salida rumbo a los enormes portones metálicos de la salida a la calle, con la casi seguridad de que un jeep militar me iba a estar esperando en la vereda.
Salí a la intemperie y ...nada; no se veía ningún vehículo. Tan seguro estaba de que me estarían esperando, que miré unos instantes en la dirección de llegada de la calle flechada pensando que por algún motivo, vendrían retrasados.
No podré explicar nunca el alivio enorme que sentía cuando comprobé que nadie venía a llevarme al cuartel. Di vuelta la esquina de la cárcel como volando de tan leve que me sentía. Hacía muchos meses que no andaba libre por la calles de Mercedes, así que me quedé algo indeciso sobre qué rumbo tomar y caminé entonces mecánicamente por la calle. Había andado unos doscientos metros cuando me encontré en una esquina con mi viejo compañero de voleibol, el Negro Pedro, que me dio un abrazo y nos pusimos a conversar en la vereda. Al poco rato se nos une Jorge, uno de mis viejos y queridos alumnos de liceo y de atletismo. Como era de tarde y no tenía bus para Carmelo hasta el día siguiente, Jorge me llevó a su casa para ofrecerme una cama hasta la mañana siguiente. Nunca podré olvidar su gesto de solidaridad. Llevarme a mí a su casa implicaba en esos momentos un peligro claro de ser considerado sospechoso por los militares.
Al otro día la madre de Jorge me despierta temprano, me despido de los dos y voy a tomar el bus que me llevaría a los queridos de mi pequeño núcleo familiar, 
Ya en el bus me encontré con una maestra perteneciente a una familia amiga, que me saludó alegremente como si no pasara nada.
 Llegado a Carmelo, nos sentíamos extraños los tres por una situación que no habíamos vivido, la de estar otra vez juntos y rehacer la red de nuestras relaciones. Pero era la vida que nos ofrecía un nuevo comienzo, con todo el entorno como cambiado drásticamente de color por el hecho de estar marcado por haber estado preso, por la derrota militar de nuestra organización tupamara, por reanudar todos los contactos con amigos, familiares, colegas y alumnos.
Como a las dos semanas de mi liberación era el Primero de Mayo y Carmelo tenía una pequeña concentración con ese motivo en un lugar abierto.
Como yo consideraba casi sagrado el Día de los Trabajadores, no podía menos que concurrir. Fuimos los tres, con Ismael en una especie de camilla que llevábamos entre su madre y yo de unos cordones laterales.
Apenas hacía unos minutos que habíamos llegado, cuando nos preparábamos para escuchar la oratoria el poder policial nos frustra un promisorio festejo de los trabajadores del mundo: llegan dos "tiras", policías vestidos de particular y nos comunican que no podíamos estar allí...

El Primer Paquete II


El Primer Paquete II


2a. Parte

Rosario
Rosario también nos visitaba a veces. Era nuestra amiga desde Carmelo, donde nació Ismael, y también había huido con sus dos hijos de la represión militar que se abatió sobre la ciudad en ese tiempo. Compartíamos con ella alguna pizza hecha en el horno de nuestra vieja cocina a supergas que habíamos recogido de los desechos. Nuestra vecina Maru nos había avisado u n día que había una cocina vieja en un contenedor, y allí fui yo a buscarla. El horno no calentaba bien porque estaba lleno de agujeros del óxido. Rosario era la compañera de un integrante de mi grupo tupamaro y viejo colega de educación física  y amigo. Ella no actuaba en operaciones, pero sabía de las actividades de su marido y hasta había escondido algún arma en su jardín. Ella me había trasmitido la instrucción, obtenida durante una visita a su compañero preso, de que tenía que irme del país porque los milicos tenían información sensible sobre mi actuación. Ella no había estado en prisión, pero cuando llegó una represión tremenda a la ciudad donde vivíamos, Carmelo, donde había nacido Ismael, su esposo preso de alguna manera comprendió que ella estaba en un gran peligro. 


Durante una visita a la prisión él le pasó con un beso en la boca una "pastilla". Esas pastillas se fabricaban con finas hojas de papel de armar cigarrillos escritas con letra muy pequeñita. Luego se envolvían en un trocito de hoja de plástico y se ataban fuertemente con hilo de coser; quedaban del tamaño de un botón. Era un riesgo enorme si los carceleros notaban algo raro durante la visita, pero él pensó que era muy urgente trasmitirle a Rosario esa información. En la "pastilla" había escrito que ella tenía que irse del país, a Buenos Aires, y llevarse a sus dos hijos consigo. Es muy posible que gracias a ese gesto heroico de su compañero, Rosario se haya salvado de la orgía infernal de torturas y bestialidad descarnada que condujo a la muerte de Chiquito Perrini, el heladero del pueblo y amigo nuestro y a la masacre brutal de más de medio centenar de jóvenes y algunos mayores en las mazmorras de tortura del cuartel de la ciudad de Colonia, incluidas varias violaciones, entre otras de una compañera madre de varios hijos.
Un día, comiendo una pizza con orégano, se le trabó una ramita en la garganta. Estaba muy dolorida  y la llevamos al hospital del barrio, pero a ese entonces ya se  había tragado la ramita, pero le quedaba el dolor que le hacía parecer como que todavía la tenía atravesada en la garganta.
Resonaba frecuentemente su risa cristalina, pero se notaba su tristeza por haber dejado a su compañero preso y por encontrarse forzada a vivir y trabajar en esa gran ciudad acompañada sólo de sus dos hijos.



Gonzalo
También venía Gonzalo con su familia. Gonzalo era un matemático brillante que fue contratado con todo un equipo de excelentes profesores de matemática uruguayos de la Facultad de Ingeniería, que habían quedado sin trabajo en Uruguay por el cierre de la Universidad de la República por todo ese año, ordenado por los militares. Con Gonzalo nos tirábamos a las aguas, posiblemente contaminadas, del Río Luján para nadar. Gonzalo tuvo que emigrar luego de ésto finalmente para Venezuela contratado como profesor en una universidad venezolana, cuando nos despidieron a todos los profesores de la Universidad de Buenos Aires, al ser intervenida por un cambio político. Gonzalo era asimismo un notable pintor, y culminó una increíble exhibición de dotes sobresalientes ganando luego de unos años un concurso de poesía en Uruguay. Fue uno de los pocos que obtuvo su grado de Licenciado en la Universidad de Buenos Aires, usufructuando los profundos conocimientos de matemática que ya transportaba desde Uruguay.
Sólo una persona tan notable puede ser modesta y hermosa al grado que era Gonzalo.
Gonzalo siempre venía con su familia, su mujer Beatriz y sus dos nenas cuando estaba soleado y siempre íbamos a la orilla del río a tomar mate a la uruguaya, con el agua caliente en un termo. Veíamos a los argentinos, que cebaban con una calderita, que ellos le llaman una pava, teniendo que recalentar el agua con un pequeño calentador que también tenían que llevar consigo.

Las inundaciones
Llegado el otoño, se registraron fuertes tormentas, con las abundantes lluvias consiguientes.
Un buen día salí a nuestra calle y me encontré que el río cercano había extendido sus brazos ciñendo la cuadra nuestra y que había una profundidad de más de un metro en el medio de la calle.
Cuando salió el sol, el agua aún no se había contraído, andaban botes enfrente mismo de nuestro apartamento en planta baja y algunos chicos del barrio aprovechaban para tirarse al agua casi desde la puerta de sus casas.
Cuando tenía que ir a trabajar a la universidad, tenía que salir con botas de goma hasta la rodilla para no mojarme los pies en el agua que cubría la vereda. Una vez llegado a partes más civilizadas me calzaba mis zapatos viejos, que tenía la previsión de llevar en un bolso.

Otras visitas
También venía a menudo Ana, hermana de mi viejo amigo Luis, a veces acompañada de su compañero Sarandí y casi siempre con su hija Ximena. Ana y Sarandí tenían miedo por Arielito, tan chiquito en ese lugar tan húmedo y frío en invierno.
Ellos no estaban tan pobres como nosotros y a veces nos llevaban algunas vituallas para preparar una pizza o un pollo asado, o algo por el estilo.
Con Ana salíamos a caminar por las orillas del río, llevando a Arielito en una especie de silla para niños con dos ruedas y dos patas fijas, que era lo que habíamos alcanzado a comprar para transportar al bebé.
Él dormía en el medio de nosotros para que no pasara frío de noche, pero creo que hasta un día lo apreté un poco en sueños.

Un buen día, el hermano de Lir, Bebe, nos llevó libros y otras cosas nuestras, incluso una estufa a kerosén en una bolsa enorme de lona y entonces estuvimos un poco más calentitos en ese invierno frío de Buenos Aires.

Naturalmente, no teníamos cama, pero nuestra amiga de Carmelo Nivia, que estaba también en Buenos Aires con su esposo argentino nos regaló una vieja cama que tenía, y hasta un colchón.
Éstos estaban en una casa que ella tenía en una isla del delta del Tigre, así que tuve que tomarme  una lancha e ir  hasta su casa para traerme la cama y el colchón.  Para descargar los largueros de la cama, que era desarmable, la lancha tenía que hacer una maniobra en el puerto, mientras yo iba agarrando las tablas desde el muelle, mucho más arriba. Creo que el conductor de la lancha me quiso hacer una broma y la separó del muelle antes de tiempo, dejándome con una pesada tabla de la cama tomada sólo de un extremo. Me parece que quedó sorprendido porque yo tenía entonces una fuerza enorme y logré levantar la tabla con apenas unos 20 cm agarrados. Desde allí llevé cama y colchón en un bus de los que llegaban hasta la esquina de nuestra apartamento.
El colchón era doble, pero durísimo, increíblemente rígido, pero en fin...era un colchón donde dormimos hasta el final, cuando nos embarcamos para Suecia.
Tampoco teníamos calentador de agua, así que nos bañábamos toda la familia los sábados en una bañera de plástico para niños en la que echábamos agua caliente, que luego atemperábamos un poco con agua fría.
Cuando Bebe nos trajo la bolsa de lona, tuvimos una especie de calentador de agua eléctrico, de origen brasilero, que calienta el agua a medida que va saliendo del caño, y se atornilla al mismo desde abajo. Entonces ya no tuvimos que bañarnos todos en la bañera de niños, pero entonces teníamos que aguantar los choques eléctricos que nos propinaba el calentador si, por descuido, llegábamos a tocar una canilla mientras nos bañábamos.

El primer paquete

El primer paquete

Cuadro de Luis Ferrer, Paysandú, Uruguay
Flor de Otoño

Mientras estaba esperando el transporte que me llevaría de vuelta a mi casa en el barrio de Tigre, a una hora de tren pendular de la estación Retiro en el centro de la ciudad de Buenos Aires, dudé por algún momento si ponerme el pequeño envoltorio en el bolsillo de mi chaqueta o si llevarlo en la mano.
Era un paquete pequeño. Me lo  habían dado en el Hospital Italiano, frente de donde yo me encontraba luego de que yo pagara una suma que cubría la cuota para partos, pero no sin antes tener que superar la desconfianza del personal de dicho sanatorio porteño, que recelando a causa de mi pobre vestimenta, no me lo querían entregar antes de percibir ese monto de dinero.
Dentro del paquetito latía con tibieza mi hijo, un ser humano nuevo que iría a trazar su sendero en la vida y a ser útil a la sociedad de alguna manera. Había pesado solamente un kilo y novecientos gramos, un poco menos de dos kilos, casi el peso de lo que uno podía comprar en la carnicería para hacer un asado.
Me habían dado , luego de que el dinero que pagué los había convencido de interrumpir el secuestro del bebé, un carnet de color celeste con la huella de su pie. Parecía una huella de juguete, de algún pequeño muñeco.
La aventura del parto había comenzado cuando mi mujer sufrió la rotura de la bolsa amniótica, la membrana que recubre el feto y que habría debido rasgarse normalmente unos minutos antes del alumbramiento en sí. Le aconsejaron quietud y cuidado.
Cuando sintió los dolores de parto unos días después, no tuvimos más remedio que buscar su internación en algún hospital o sanatorio.
Yo recordé que, justo ese día, yo cumplía un mes de trabajo en la Universidad de Buenos Aires, donde yo había ingresado por concurso como profesor ayudante de matemática en la Facultad de Ingeniería, y por lo tanto me correspondía la obra social de la universidad y por ello atención médica en el mejor sanatorio de Buenos Aires, el renombrado Hospital Italiano.
No teníamos más remedio que viajar en el tren pendular desde Tigre hasta Retiro, desde donde yo tomé un ómnibus hasta la oficina de la Facultad de Ingeniería, mientras mi mujer esperaba sufriendo los dolores previos al parto en la estación Retiro.
Cuando volví con el papel que me acreditaba para utilizar los servicios médicos de la obra social de la universidad, fuimos finalmente hasta el Hospital Italiano, llevando todo el tiempo a nuestro hijo mayor, Ismael, que tenía entonces algo menos de tres años.
Una vez internada respiré más aliviado. La dejaron aún unos días en tratamiento, procurando dilatar el parto lo más posible mientras preparaban al niño a punto de nacer para su aparición prematura al mundo. Para nuestra fortuna, le correspondía ser atendida por el mejor médico obstetra de Argentina, el Dr. Ricardo Gavensky.
Pero ahí estaba yo entonces, con mi hijo recién nacido en las manos, mientras mi mujer e Ismael esperaban en nuestra casa en Tigre.
El bebé respiraba tranquilamente. Jamás lloró ni gritó en el viaje. Creo que tampoco jamás lloró mientras era un bebito.
Era mediados de abril, otoño en Buenos Aires y recibimos al recién llegado con toda la ceremonia que nos permitía nuestra pobreza monacal.
Por temor a sobrecargar el aparato digestivo no bien desarrollado del niño, el pedíatra que nos atendía aconsejó una dieta demasiado drástica. El nene estaba extrañamente oscuro. Cuando el médico aconsejó abandonar esta alimentación estoica y comenzamos a darle una leche en polvo para bebés en abundancia, el niño recuperó su color blanco y rosado y se le vio una cara sonriente a diferencia del período anterior.
Pronto llegó el invierno y el nenito comenzó a dormir en nuestra cama en medio de mí y de su madre para protegerlo del frío y la humedad característica del barrio a causa de su cercanía de los brazos del delta del poderoso río Paraná, que rodea por el lado oriental a la gran ciudad.
Éramos muy pobres, pero estábamos contentos de habernos salvado de la tortura segura y la prisión en manos de los militares uruguayos, que ya habían dado un golpe de estado e instaurado una dictadura.
De todos modos corríamos riesgos enormes por las relaciones entre los militares de los dos países vecinos, algunos de los cuales veíamos a veces hasta cerca de nuestra casa. Habíamos logrado vender una motocicleta casi nueva antes de fugar y disponíamos de ese dinero para pagar la entrada a la vivienda y mantenernos un tiempo a fuego bajo.
Yo había logrado ingresar por concurso como docente en la Universidad de Buenos Aires y contábamos con que algún día cobraría esos ingresos, aunque tardaron varios meses en que eso sucediera, lo que es normal por estas latitudes.
Ismael comenzó a concurrir a un jardín de infantes en la cercanía y mi mujer le cosió precariamente su uniforme con el que asistía a sus clases.
El bebé crecía y pronto pudo estar parado tomado del borde de una camita rodeada de bordes altos que lo protegían para que no se cayera, pero que tenía una especie de barrotes de madera que lo hacían parecerse a una celda para bebés.
Yo iba a dar clases a la facultad con unos pantalones de verano, que eran los únicos que tenía y unos zapatos con agujeros, que eran los mismos con los que había estado de plantón mientras me torturaban los militares en el cuartel de la ciudad de Mercedes, en Uruguay.
Un día mientras estaba en nuestra casa se me rompió el pantalón y entonces mi compañera tuvo que ir al centro comercial más cercano a comprarme otro pantalón, que pasó a ser también el único que tenía.
El pequeño paquete que había levantado en el Hospital Italiano hacía poco tiempo mostraba una salud y un apetito envidiables, pese a su pequeño tamaño inicial. Era muy tranquilo y cuando mi mujer lo ponía en su camita en el pequeño patio que teníamos sin pañales para cuidar la piel de su cola, a veces se embadurnaba con su propia caca.
Ya tenía la personalidad serena y tranquila que creo que fue siempre uno de sus rasgos distintivos, era Ariel. Su nombre lo tomé como homenaje a mi pobre hermano que estaba entonces preso en la prisión de presos políticos que llevó paradojalmente el nombre del paraje donde estaba situada, Libertad.
No sé cómo logramos conectarnos con varios amigos uruguayos, algunos de los cuales conocíamos de antes y otros que encontramos en Buenos Aires, donde estábamos todos exiliados. Varios de ellos nos visitaban en Tigre atraídos por la proximidad del río en cuyas orillas podíamos sentarnos a tomar mate en la hierba y hasta tirarnos y nadar algunos metros.
Norma, conocida de mi compañera mientras estaba en la prisión para mujeres no procesadas, pero sospechosas de la antigua Escuela de Nurses Carlos Nery, nos alegraba muchas veces con su guitarra y todos entonábamos canciones izquierdistas uruguayas en nuestro pequeño patio, donde la recibíamos con algún pollo asado. Norma fue citada a testimoniar frente al Tribunal Russell en Europa a raíz de denuncias de violaciones de los derechos humanos en Uruguay. Finalmente se la llevaron en Buenos Aires cuando nosotros ya no estábamos; leímos rumores de que se había tirado desde una altura y se había herido seriamente mientras estaba siendo torturada, pero nunca más se supo de ella y figura entre los desaparecidos de la dictadura militar.





domingo, 5 de octubre de 2014

La finta del imperio


La finta del imperio

Las provocaciones y roces en Ucrania no son sino una finta de imperio para ocultar sus verdaderos objetivos...en Siria

¿EEUU va a atacar a Rusia? ¿O a China?
La respuesta se puede rastrear en las tres condiciones que establece el Prof. Noam Chomsky para que un país sea objetivo de un ataque militar de Washington:
1. Debe ser importante, tener recursos estratégicos considerables.
2. Debe ser fácil de demonizar por los medios al servicio de los intereses yanquis
3. Tiene que ser prácticamente indefenso.2
No es necesario subrayar el conocimiento del Prof. Chomsky de su propio país ni su brillantez intelectual.
Es obvio que tanto Rusia como China cumplen perfectamente con la primera condición: son países importantes, provistos de recursos enormes ya sea petroleros, como mineros o económicos.
Rusia tiene alrededor de 200 millones de habitantes y China 1.200.

Si bien los medios de comunicación de masas están en una proporción abrumadora en manos de intereses afines al neoliberalismo y la globalización, y por ende a los intereses estratégicos de Washington, estimo que no sería para nada sencillo demonizar ni a Rusia, ni a China.
China tiene una proporción abrumadora de la deuda externa de EEUU y lazos económicos bastante consolidados que influyen en la imagen que tiene el pueblo norteamericano y el del mundo en general sobre el gigante asiático. Por otra parte, China podría presionar económicamente a los medios de forma muy dolorosa mediante un contraataque económico devastador.
Rusia, por su parte, tiene relaciones e influencias culturales con EEUU muy antiguas y  arraigadas. No es necesario describir a las obras de arte rusas y su divulgación a nivel mundial.
Podemos inferir rápidamente que la segunda condición no se cumple.

Pero la dificultad mayor la encontramos en la tercera condición: ni Rusia ni China son para nada indefensos.
Si bien el poderío militar estadounidense es abrumador, el balance es negativo.
Por ejemplo: las batallas contra Rusia se tendrían que librar en suelo ruso, porque no existe la más mínima posibilidad de que Rusia ataque a EEUU  en el propio territorio de éste. Estimamos como muy remotas las posibilidades de que Rusia atacara a algún país de la OTAN o a algún socio europeo de Washington. La prensa europea, por ejemplo la prensa sueca, cacarea bastante frecuentemente pretendiendo alarmar a la opinión pública de sus respectivos países sobre un pretendido o inventado ataque ruso. Los resultados de ésto son muy magros. Cualquiera con sentido común percibe claramente que Rusia no tiene la menor intención de atacar a ninguno de los países bálticos, visceralmente anti rusos, ni tampoco a los países escandinavos vecinos. Queda la provocación ucraniana. Es totalmente obvio que la revuelta impregnada por los sectores neonazis que derrocó al gobierno electo pro ruso, no fue causada por Rusia. Está cada vez más claro que existían y existen en Ucrania cohortes simpatizantes con la extrema derecha y también con intereses occidentales. De todos modos Moscú ha contestado con gran moderación, demostrando a toda persona razonable que no tiene la menor intención de caer en la trampa brutal que significaría un estallido bélico en Ucrania. Estimamos que Putin se ha ganado el aprecio de las personas amantes de la paz de todo el mundo.
Entonces, si es que una guerra con Rusia no iría a librarse en territorio extranjero, queda sólo suponer que los combates se irían a librar en el territorio ruso.
En este caso las posibilidades de triunfar en un ataque en su propio territorio  en cualquiera de los tipos de armas, aéreas, navales o terrestres se estiman como muy remotas. El pueblo ruso demostró en la Segunda Guerra Mundial un patriotismo y un espíritu de defender a su país realmente notables. Recordemos que, a pesar de un gran holocausto de más de 20 millones de muertos, en su mayoría civiles, fue sin duda la entonces Unión Soviética la que derrotó a las fuerzas poderosas, sin duda, del Tercer Reich.3
Para resumir Rusia no es para nada indefenso y por lo tanto la 3a. condición de Chomsky se derrumba estrepitosamente.
Todos los supuestos anteriores se cumplen también con China. Si bien no posee todo el avance en la sofisticación tecnológica militar de los norteamericanos, de todos modos tiene un desarrollo tecnológico en el terreno militar para nada despreciable.
Las fuerzas armadas chinas, el Ejército Popular de Liberación, "
Representan las fuerzas armadas más grandes del mundo, con alrededor de 3 millones de personas, además del ejército más extenso, con 2,25 millones de hombres aproximadamente. El ejército chino está formado por cinco fuerzas principales" 1
¿Entonces: para qué todo ese estrépito en Ucrania y los rumores de la preparación militar de las fuerzas estadounidenses?5
¿Por qué las sanciones contra Rusia, basadas en mentiras o medias verdades?
Para interpretar correctamente estos hechos estimo que tenemos que seguir los acontecimientos un poco antes y un poco después de los fenómenos de Ucrania.


EEUU propuso intervención militar en Siria por supuesto uso de armas químicas por el ejército sirio. A ésto Rusia se opuso enérgicamente en las Naciones Unidas, al igual que China y en el Consejo de Seguridad vetaron cualquier proyecto de intervención militar en Siria. Rusia llegó a desplegar medios militares cerca de la zona.
Pero Siria sí, tiene recursos petroleros importantes, ha sido objeto de una campaña demonizante y está debilitada por los conflictos internos con fuerzas rebeldes, o sea cumple las tres condiciones de Chomsky.
Si examinamos los hechos luego de los problemas en Ucrania, nos encontramos que los EEUU están bombardeando posiciones del así llamado Estado Islámico...en Siria.4
Pero ahora Rusia está concentrada en defender sus propias fronteras y resolver los problemas económicos y militares que le plantea el asedio de la OTAN y las sanciones económicas y ya no puede defender a Siria y sus intereses allí de la misma forma que antes.
El Estado Islámico merece algún análisis de por sí. Existen indicaciones de que fue armado y entrenado por los norteamericanos para luchar en Siria sobre todo. Se supone que ahora se volvió políticamente autónomo y que está enfrentado a los EEUU.
Pero lo cierto es que, deliberada o inconscientemente, el EI cumple perfectamente un rol que le facilita ostensiblemente a los militares de Washington motivar sus ataques...en Siria. Es como a medida para demonizar, más aún, sus ejecuciones públicas, sus aparatosos y mediáticos degollamientos; todo es como a propósito para ser demonizado.
Y Siria sí que cumple todas las tres condiciones del Prof. Chomsky.

Ricardo Ferré
5 de octubre

 


1http://es.wikipedia.org/wiki/Ej%C3%A9rcito_Popular_de_Liberaci%C3%B3n
2http://books.google.com.uy/books/about/Hegemon%C3%ADa_o_supervivencia.html?id=geJB3tSeUYwC&redir_esc=y
3 http://es.wikipedia.org/wiki/Ej%C3%A9rcito_Rojo
4 http://www.elpais.com.uy/mundo/nuevos-ataques-ee-uu-contra.html
5 http://lasantamambisa.wordpress.com/2014/09/03/ee-uu-y-otan-preparan-guerra-contra-rusia/

viernes, 3 de octubre de 2014

El voto NBA favorece a quién?

¿El voto NBA favorece a quién?












Hemos leído un artículo aparecido en La Juventud, que pretende establecer que el voto NBA es lo mismo que votar a los de siempre.
"Yo, mi voto no se lo doy a nadie" El voto en blanco, nulo o la abstención sólo beneficia a los partidos grandes y perjudica a los chicos".
En dicho artículo el autor se molesta en realizar un malabarismo de cálculos que demostrarían esta aserción. Parece que supone que la única razón para votar Nulo, en Blanco o Abstención es el intento de castigar al Frente Amplio.
Si examinamos más de cerca los motivos del voto NBA, notamos de inmediato que la reacción más frecuente es la de ignorar a las elecciones burguesas porque ellas no significan más que el continuismo de las tendencias conservadoras de los privilegios y de los poderosos de la sociedad.
Lo que el autor no tiene en cuenta es una lógica elemental: para alguien para quien las elecciones no cambian nada y sólo engañan a los votantes y les hacen creer que influyen en algo en el cambio de estructuras de poder, es secundario o descartable el efecto que puedan tener.
Para los que votamos NBA, eso no es así. Creemos que lo importante es la militancia en acción directa: pegatinas, volanteadas y manifestaciones por la justicia, contra la impunidad, por la defensa del medio ambiente, en contra de los proyectos contaminantes, por la soberanía sobre nuestros recursos naturales en contra del entreguismo a las empresas multinacionales, por una educación popular, frente a los proyectos privatizadores...
Dentro de 34 años puede ganar la UP las elecciones. Entonces seguramente va a ser otro Tabaré Vázquez u otro Mujica el que esté al frente porque tanto histórica como geográficamente siempre sucedió lo mismo. ¿Entonces: qué se habrá ganado?
Habremos pasado más de 30 años militando y votando en forma totalmente inútil, volviendo a la experiencia del Frente Amplio, inicialmente con postulados y principios tremendamente positivos.
Seguiremos insistiendo en el paradigma de Arismendi, de juntar coaliciones para ganar las elecciones.

Otro de los puntos interesantes es que la UP, en particular el 26 de Marzo seispuntista, apuntan las baterías contra los que preferimos la opción NBA, en vez de hacerlo contra los enemigos de clase, en vez de hacer campaña por esclarecer y concientizar sobre las grandes contradicciones sociales, sobre la concentración del poder y de la propiedad de la tierra, sobre su extranjerización, sobre la contaminación de los mega proyectos y de los monocultivos.
Pretenden ganar votitos entre los que pregonamos una reacción revolucionaria contra la conservación de las estructuras de poder y los compromisos con las instituciones financieras internacionales que es obvio que han fracasado, han causado y siguen causando crisi, aun en países europeos como Grecia, España, Portugal, Irlanda, etc.
Siempre y cuando uno considere que las elecciones de este tipo tienen alguna importancia.
Creemos que ese modelo se agotó con el Frente Amplio.
Veamos:

Bases Programáticas del Frente Amplio, antes de asumir el gobierno8:
-Reforma Agraria
-Nacionalización de la Banca Privada.
-Nacionalización de los principales rubros del comercio exterior.
-Enérgica acción industrial del Estado, incluyendo la nacionalización de la industria frigorífica.
Ahora veamos cuales son los logros en estos factores de siete años de gobierno que debería haber sido del Frente Amplio.

Reforma Agraria

La cuestión de la propiedad de la tierra es fundamental en nuestro país, donde el propietario de la tierra es también el que controla el poder sobre todos sus estamentos.
El Instituto de Colonización tiene como meta distribuir la propiedad de la tierra.
Dispone de medios legislativos y administrativos para otorgar la propiedad de la tierra a colonos individuales u organizados en cooperativas agrarias.
Tiene la módica meta de distribuir 55.000 hectáreas en cinco años. El resultado práctico es muy inferior a esta meta. Un gobierno y una fuerza política que de verdad apuntaran hacia la reforma agraria podría estar, por lo menos, a la par con dicho objetivo. 
Es posible que el Instituto de Colonización sea el mayor propietario de tierras del país con sus 380.000 hectáreas, pero no está creado para poseer tierras, sino para repartirlas.
En cambio, se vio a los cañeros del Norte movilizados como hace muchos años exigiendo con la consigna de siempre “tierra para el que la trabaja”, con el poder ejecutivo en su contra.
Como un ejemplo práctico de la política gubernamental de distribución de la tierra tenemos su actuación en el caso de Ney Thedy, viejo cañero de los de la época del Bebe Sendic, quien fue ejecutado por una deuda de 2500 dólares, mientras que se refinancia la deuda de grandes propietarios y se concentra la propiedad de un millón de hectáreas en las manos de 12 empresas extranjeras.
Entre las cláusulas secretas del contrato del Estado con la empresa Montes del Plata, de propiedad de la sueca Stora, la finlandesa Enso y la chilena de capitales estadounidenses Arauco, figura: “El Gobierno asumió además el compromiso de que el Instituto de Colonización no ejercerá la opción de compra de las tierras que serán transferidas por las empresas Eufores y El Esparragal – vinculadas a Ence – a Montes del Plata, en la medida que se manejen ‘valores de mercado’”.
Los resultados de esa política están a la vista: 1) Concentración de la tierra 2) Extranjerización de la tierra 3) Expulsión de la población rural 4) Degradación ambiental.
Y no me quiero extender más sobre este tema para acercarme a mis conclusiones, sino que me remito a los resultados del Censo Agropecuario publicado recientemente, que establece que más de 12.000 (pequeños y medianos) productores agrícolas han cesado y que un 9% de los propietarios posee un 60% de la superficie de la tierra.9 Sólo quiero mencionar el caso de la compañía minera Aratirí, apoyada por el gobierno, localizada en el paraíso fiscal de Jersey, sede de empresas turbias, que pretende construir una mina de explotación a cielo abierto con un ducto que afectaría en forma catastrófica en total la ecología de cinco o seis departamentos, incluido Rocha.

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En este sentido nada ha sido hecho. En cambio lo que sí se hizo fue aprobar una ley por la que los Peirano,10 culpables de estafa por miles de millones de dólares que tuvimos que pagar todos y por los que muchos cayeron en la miseria y en la indigencia y que seguramente ha conducido hasta a la muerte a algunos por este motivo, fueran liberados y hasta consiguieran la ventajita de que se eliminaran sus antecedentes delictivos. Como sabemos, el artífice de esta maniobra parlamentaria fue el ex ministro del Frente Amplio Gonzalo Fernández y fue aprobada por el poder legislativo durante este gobierno.

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Lo que se ha realizado es más bien todo lo contrario: concesiones fabulosas, incluyendo zonas francas a las empresas extranjeras, en particular a Botnia/UPM, a Montes del Plata y a la minera Aratirí.
Montes de Plata tiene 250.000 hectáreas en su propiedad, con libertad de plantar eucaliptus aun en la zona del departamento de Colonia, por un permiso especial incluido en una de las cláusulas secretas de su contrato con el estado.
Los frigoríficos están en manos brasileñas y las plantaciones de soja transgénica, que ahora abarcan más de un millón de hectáreas, están en manos de empresas argentinas.

Enérgica acción industrial del Estado, incluyendo la nacionalización de la industria frigorífica.
Bueno, esto es una especie de broma pesada; los frigoríficos están todos en manos brasileñas.

Entonces, ¿qué hacemos los que queremos un cambio verdaderamente radical de los medios de producción, que los queremos en manos de los que trabajan?
Una de las alternativas posibles, que ha sido encarada por algunos compañeros honestos, es la de militar adentro del Frente Amplio por este tipo de postulados revolucionarios y por lo tanto girar su timón hacia la izquierda. Se arriesga de ese modo de cohonestar una fuerza política y su expresión gubernamental, ni más ni menos que lo que hacían los sectores de izquierda de los partidos tradicionales, para barrer votos de todas las tendencias posibles. No olvidemos que, por ejemplo, Pacheco resultó presidente por los votos del sector de Michelini.
A nuestro entender, se podrá luchar otros treinta o cuarenta años para que al final el embudo electoralista burgués encarame a otro Vázquez o a otro Mujica porque cuentan con un aparato mediático, que implica también considerables medios económicos, para que vuelvan a desvirtuar todo y algún otro grupo de honestos militantes de izquierda lo vuelva a intentar otra vez.
La reforma agraria, por ejemplo, es un instrumento revolucionario fundamental, que afecta el núcleo del poder en nuestro país, y que, por lo tanto, jamás podrá ser obtenida por medios electorales de la democracia burguesa.
Sabemos, porque muchos teóricos ya lo han demostrado y porque se ha visto en la historia, que no es posible el cambio de las estructuras de poder por la vía burguesa. Este cambio va a ser posible solamente luego de anular el aparato armado, las fuerzas armadas del estado burgués.
Un gobierno en la democracia, ya sea de izquierda o de derecha, lo único que hace es administrar el verdadero poder, que está en manos de la oligarquía. Y este gobierno lo que hace es sólo maquillar la faz brutal de este poder descarnado. Hemos visto muchas veces en la historia que el poder tolera las protestas de proletarios y asalariados, sólo hasta cierto punto. Los mártires de Chicago, en cuya conmemoración se celebra en todo el mundo el primero de mayo, fueron ejecutados porque la hipocresía de la democracia burguesa cedió para mostrar su verdadera faz. La represión brutal que ejerció la pre dictadura de Pacheco  y luego la propia dictadura iniciada con Bordaberry, con miles de presos, 189 desaparecidos, violaciones, secuestro de niños, etc. es otro ejemplo clásico de las instancias en que la brutalidad del poder amenazado muestra su verdadero rostro.
Entonces:¿ meterse en la maquinaria electoralista para qué?
¿Qué fines podemos alcanzar por ese medio?
Plantearse que vamos a avanzar en el sentido de la reforma agraria en nuestro país solamente dentro de la estructura de la democracia burguesa no tiene sentido.
¿Los postulados y principios, indudablemente tan izquierdistas y tan revolucionarios como los del Frente Amplio histórico de 1971 hasta cerca del 2000: se mantendrán en el caso hipotético y dentro de la cantidad de años en que la UP llegara al poder gubernamental?

Ricardo Ferré
3 de octubre de 2014