lunes, 18 de agosto de 2014

La Pata del Zorro

Cuadro de Luis Ferrer, Paysandú, Uruguay


El viejo zorro se arrancó la pata
apresada y quedó liberado
pero ay; ¡que sufrimiento!
¿Vivir en tormento aprisionado
o morir de dolor en libertad?

La trampa para nutrias estaba colocada al lado de un grupo de arbustos que, a su vez, quedaban frente a un soto de árboles nativos: ¿coronillas, mataojos...?
Desde lejos vimos, mientras nos acercábamos, que un zorro gris había caído en la trampa. Los dientes de hierro afilados se le habían clavado profundamente en la carne hasta el hueso. El bello animal de hocico afilado y elegante, pelaje espeso de un gris veteado y hermosa cola tupida, se debatía desesperadamente para liberarse.
Cada vez nos acercábamos más y el animal aumentaba sus esfuerzos.
Cuando estábamos ya muy cerca, vimos con asombro que se arrancó la pata aprisionada en la trampa y corrió alejándose rápidamente en tres patas.
Las sombras alargadas de la tarde acunaron piadosamente el grito del zorro, una risa desgarrada, desesperada y sangrante:
uajajajá, para ser libre...
uajajá, tienes que...
uajajajá, superar el dolor....
uajajá, arrancarte...
uajajajá, una parte de ti mismo....


Con cariño

Ricardo Ferré