sábado, 13 de abril de 2013

“Algo habrá hecho”


“Algo habrá hecho”


"Algo habra hecho": comentaban los viejos y las viejas fascistas cuando los milicos se llevaban a alguien, que se sabía que iba derecho a la tortura: los plantones de días al calor y al sol como al frío de las noches, orinando y defecando en las ropas, al "submarino" o ahogamiento simulado, a la "picana" o choques eléctricos preferentemente en los genitales, a las violaciones colectivas por varios milicos torturadores…
Yo conocí a Chiquito Perrini. Nos encontrábamos de noche a la hora de la llegada del ómnibus de ONDA que traía los ejemplares del único diario de izquierda, en el año ´71.
Chiquito verdaderamente no había “hecho nada”: no era militante, nunca salió a volantear, ni de pegatina, ni a hacer propaganda por los barrios visitando casa por casa,…nada.
Supongo que cuando lo llevaron en un camión del ejército el 26 de febrero del ´74 también habrán dicho lo mismo. Más aún: es muy posible que haya habido algún “vecino” que delató a los milicos una falsedad, por pura malicia pueblerina, tal vez sin saber que era falso, pero sin duda sabiendo que era muy incierto.
A Chiquito le tocó la peor parte: lo mataron en la tortura. Pero todos, absolutamente todos los que cayeron en ese período pasaron por el mismo calvario.
Algunos, la minoría, eran militantes tupamaros. ¿Pero, aun siendo así, es justificable todo el tormento que padecieron?
¿Se justifica que el Ñato Méndez muriera de cáncer en los genitales, sin duda debido a la aplicación de la picana? ¿Se justifica la muerte prematura, por ejemplo, del Vasco Ahlers y de Gustavo Pisciotano?
¿Existe justificación alguna para que absolutamente todos los que integraron las decenas de Carmelo que pasaron por el cuartel de Colonia tengan graves secuelas psíquicas y físicas de por vida?
¿Podemos darnos el lujo en Uruguay de permitir que todos esos criminales que cometieron esos crímenes horribles queden impunes dando ejemplo a generaciones futuras de torturadores?
¿Queremos dejarles el regalo a nuestros hijos y nietos de convivir con esos monstruos?



Ricardo Ferré