miércoles, 31 de octubre de 2012

Cambios de gobierno no alteran la distribución de la riqueza


Cambios de gobierno no alteran la distribución de la riqueza


El índice de Gini mide el grado de desigualdad en una sociedad determinada. El valor 0 representa la igualdad completa, es decir en que todos los individuos perciben los mismos ingresos, o sea que hay desigualdad 0, o en otras palabras que no existe desigualdad alguna.
Por el contrario, el valor uno es el opuesto, es decir que un solo individuo percibe todos los ingresos de esa sociedad, mientras que el resto no percibe nada.
Entre los países del mundo considerados en separado, los que tienen índice Gini superior, o sea más cercano a 0, la igualdad total, son los países escandinavos, con guarismos cercanos al 0,23.
Uruguay ocupa el puesto 114 de 160 países registrados, con un guarismo de 0,45 en el año 2009. El mejor valor del índice Gini desde el año 1981 fue en el año 1993 con un guarismo de aproximadamente 0,41. Durante los gobiernos progresistas no se ha logrado un mejoramiento significativo del nivel de desigualdad. Debemos señalar que es muy difícil controlar la desigualdad por medios inscriptos dentro del juego de la democracia tradicional burguesa. Estimamos que se necesitan medidas drásticas, tales como la reforma agraria, para lograr un progreso significativo en la distribución de la riqueza.
Uno de los indicadores más certeros es la proporción de la masa salarial en relación al PBI. En nuestro país la participación de los asalariados (masa salarial) mientras que era del 36% en 1998, pasó al 30% en 2010, según el instituto Cuesta-Duarte.
La parte de los trabajadores dependientes de su salario pasó de 3,6 dólares a 3 dólares de cada diez que generaba el país.
La CEPAL señala que en el año más reciente medido, el 2005, la relación entre el quintil más rico sobre el quintil de menores ingresos era de 9, o sea que el 20% más rico de la población gana 9 veces más que el 20% más pobre.
La desigualdad mundial se estima que es de 0,63, donde "la renta del 20% de las personas más ricas del mundo es 28,7 veces más elevada que la del 20% más pobre".
Mientras que en los países de ingresos per cápita similares al Uruguay el índice Gini pasó de 0,5582 a 0,5215 y a 0,4677 en nuestro país no tuvo variantes considerables, tampoco bajo los últimos gobiernos.
La reducción de la pobreza y de la indigencia durante los gobiernos progresistas(2005 - 2012) debe ser explicada más por el aumento importante de los ingresos del país globalmente (PBI) que por una mejora en la distribución de la riqueza o de  la disminución de la desigualdad.
La evolución del índice de Gini ha sido durante los gobiernos progresistas de 0,476 en 2007, 0,463 en 2008, 0,463 en 2009 y 0,453 en 2010.
Lo que produce promedialmente cada uruguayo es de cerca de U$S 14.000 por año, pero el salario mínimo es de $ 7.200 (U$S 4.300 anual ) los ingresos medios son de 15.360 y familiar de cerca de 40.000, pero en estas cifras probablemente van incluidos los sectores de mayores ingresos, que no se deben confundir con la masa de la población.

El reciente informe del economista Joaquín Etchevers, divulgado hace pocos días, a fines de octubre de 2012 nos indica que el aumento del PBI del país no está acompañado por un aumento equivalente del ingreso del hogar, sino que este es mucho menor, con tendencia a divergir aun más.
Etchevers nos dice que mientras que en los gobiernos conservadores precedentes no hubo cambios significativos en el reparto de lo producido en el país, durante los gobiernos progresistas consolidan la diferencia en este reparto, en detrimento de los sectores asalariados y pasivos.
La inequidad en la distribución de los frutos de la riqueza, entre el trabajo y el capital no sólo se mantuvo, se acrecentó. El enorme crecimiento de la economía fue a parar, mayoritariamente a las manos de los dueños del capital”, nos dice el economista citado en su informe.

La conclusión a que debemos arribar es que ningún gobierno dentro de este sistema nos va a conducir a cambios radicales en la estructura de la propiedad.
Reforma agraria, nacionalización de la banca y del comercio exterior, han demostrado ser entelequias que sólo podrán alcanzarse mediante cambios revolucionarios.

Ricardo Ferré
31 de octubre de 2012

martes, 23 de octubre de 2012

Las mentiras del MLN/MPP


Las mentiras del MLN/MPP


Todos sabemos que la línea del MPP sobre la impunidad y la ley de caducidad ha sido y es de mantenerla.
No obstante, esto al parecer tan sencillo no puede reconocerse abiertamente. Sería como mostrar una faz horrible, surcada por varias cicatrices, una de las cuales, tal vez la peor es la que configuran los cientos de muertos, miles de torturados, cientos de compañeras y compañeros violados, los niños secuestrados para ser vendidos, las embarazadas torturadas y usadas como vacas reproductoras, en fin, todos los miles de vejámenes sufridos por los militantes tupamaros durante la dictadura y la pre dictadura, de quienes los actuales emepepistas declaman descender.
Para cubrir este rostro abominable el MPP usa varios velos que son la cuestión que ocupa esta nota.
Tenemos que hacer una clara distinción en este tema entre dirección y bases del MPP. Esta línea está sostenida por la primera, fuertemente impulsada por Mujica, su gobierno y sus operadores políticos.
Las bases, en cambio, han demostrado algunas veces con claridad su pensamiento divergente, sin ir más lejos en las instancias en que el Frente Amplio decidió impulsar la anulación de la ley de caducidad. En ella, las bases, mandatadas a votar en contra, apoyaron sin embargo la anulación, que fue finalmente la línea aprobada.
Es justamente para cubrirse de la posición coherente de las bases con su pasado que la línea directriz debe usar estas mentiras como velos.

1 “El pueblo, el pobrerío tiene cuestiones mucho más perentorias que cubrir que la anulación de la ley de caducidad: la pobreza y la indigencia”. Utilizada desde antes del primer gobierno frenteamplista y durante el mismo. Como si no fuera apremiante para el pueblo anular las fuerzas represivas que siempre lo están amenazando directa o veladamente y condicionando sus decisiones.

2 “El FA prometió no anular la ley de caducidad y este gobierno debe cumplir esa promesa”. Utilizada durante el primer gobierno frenteamplista. Obviamente esta mentira pasa por encima la dicotomía entre fuerza política y gobierno y desconoce el dinamismo del torrente político. Las bases tienen siempre el derecho y el deber de incidir sobre las decisiones. Además, ésta fue una iniciativa llevada a cabo por el pueblo, no por el gobierno frenteamplista. Algunas figuras, como Mujica, que se oponían a la anulación, tuvieron que plegarse a la campaña para plebiscitar la misma, so pena de pagar un costo político en la forma de caudal de votantes.



3 “Los “viejitos” deben ser liberados” por compasión con su edad avanzada. Utilizada sobre todo por Mujica y su compañera y operadora Lucía Topolansky.
En todo el mundo los criminales de lesa humanidad deben ser castigados, para ejemplo de generaciones venideras. El caso de Iván Demjuanjuk lo demuestra. Él era llamado “Iván el Terrible” cuando cometió crímenes en los campos de concentración nazis y fue condenado recientemente por ellos a la edad de 91 años.
En Estados Unidos existen personas que impulsan el juicio a Henry Kissinger, de 89 años por sus crímenes de guerra.

4 “En un mundo ideal no existiría conflictos ni fuerzas armadas, pero como es ahora la realidad, éstos son necesarios”. Utilizada por lacayos acéfalos, sobre todo en el interior. Algunos de estos lacayos, sin embargo, han experimentado en carne propia que estas fuerzas armadas uruguayas no están para proteger a su pueblo de agresiones externas, sino para proteger los intereses de los privilegiados usando todos los métodos sucios aprendidos de sus maestros norteños, como Mitrione.

5 “Se debe perdonar”. Sostenida por el operador de Mujica y secretario de la presidencia Alberto Breccia y otros.
Seguramente los militantes cristianos que pasaron por el potro del tormento han perdonado a sus verdugos, de acuerdo con su fe. Mujica, Huidobro, Marenales, Breccia y otros también tienen derecho a perdonar individualmente. El autor de esta nota también puede perdonar, si se tomara el trabajo de considerar la cuestión. Pero esto no oculta que la cuestión de que el perdón individual es irrelevante. Es irrelevante.
La sociedad debe, de todos modos implementar una forma de instrumentar justicia, por infinidad de motivos importantes entre los que se cuentan impedir la justicia por mano propia, sentar precedentes disuasorios para el futuro, etc.
Estos motivos han sido estudiados durante siglos por el derecho penal.
Además, creemos que no puede ser sano para un movimiento político no tener en cuenta el pasado reciente de sus adherentes.
No tardaremos mucho tiempo en notarlo.

Ricardo Ferré
23 de octubre de 2012